miércoles, 4 de enero de 2012

60.5 Sevilla-La Antilla (Lepe)

60.5 30 de mayo, miércoles
Recorrido: Sevilla-Huelva-La Antilla (Lepe)-Nueva Umbría.
Sevilla-Huelva y Huelva-La Antilla, serán recorridos que haré en autobús. El recorrido La Antilla-Nueva Umbría será la primera etapa del camino que haré andando.

Como nadie se mueve y el desayuno se inicia a las 8:00h, me levanto a las 7:45h, orino, afeito, lavo, me visto y bajo, con las mochilas, al comedor. Tengo que esperar, pues todavía no han abierto.


Un premio de ESO
Tres chavalitas también esperan, y se alejan. Cuando entramos y cogemos los cubiertos, les pregunto si puedo sentarme con ellas, puesto que, si no, tendré que desayunar solo. Están de acuerdo y me dan permiso para hacerlo. Son componentes del grupo que ganó el concurso de “Como impartir en la ESO el conocimiento sobre la poesía y los Poetas de la generación del 27”. Les comento mi conversación de ayer  con la polaca, pero no saben a cual de las polacas me refiero. Les hablo del libro de obras completas de García Lorca que regalamos a nuestra amiga de Varsovia, Grazena, pues estaba haciendo su tesis doctoral sobre Lorca, en Varsovia, para sacarse su habilitación en filología hispana. Les hablo de mi viaje. Natalia está en 3º de ESO y Carmen y Laura en 4º; son alumnas del IES Maciá Abela de Crevillent (Alicante). A Natalia le gustaría estudiar filología árabe y está interesada en el pueblo saharaui. Mientras hablamos, Pablo baja a desayunar con capucha. El desayuno ha sido completo: zumo, pan desmigado tostado con mantequilla y mermelada, dos descafeinados con leche y un donut de chocolate. Me despido de las tres y de recepción. Al japonés no lo veré.

Paseo por el Guadalquivir
Comienzo el camino de retorno, por la avda. de las Delicias y bajo al Guadalquivir; subo en el monumento de Chillida (tras pasar por la Torre del Oro) y vuelvo a bajar en el puente de los toldos, en zona peatonal. De la Expo, mantienen los Pabellones de Brasil y de Colombia; saco foto a pescadores, uno de ellos acaba de coger un arbú y lo deja saltando fuera; el arbú es lo que por Santa Pola llaman lisa o mujol y nosotros korkón. Él se los da al compañero, pues su mujer no los quiere más que cuando los coge  en el mar. Luego saca una red que tiene sumergida en el agua, de donde salen 6 arbúes y 2 carpas; “algunas veces, también pican barbos”, me dirá.









Llego a la estación de Autobuses. Hay autobús cada media hora, unos van  por pueblos y otros directos. Cojo billete para el de las 10:00h y saldrá del andén 12-13.


Una pareja va a la playa a Matalascañas, así que irá en otro bus; Matalascañas (en Huelva) es la playa más cercana para los sevillanos. Después de preguntar varias veces acerca de los árboles que tienen racimos de flores que me recuerdan a las glicinias, me informarán que se trata de jacarandás. A las 9:45h estamos en Sevilla a 20º.

En autobús hacia Huelva
A lo largo de la carretera se ve profusión de adelfas, sobre todo blancas, pero también las hay rosas y rojas. A mí, las que más me gustan son las rojas; aunque la planta me gusta desde el punto de vista estético, tengo algo contra ella, desde que me dijeron que era venenosa. La mayoría de las adelfas están en la mediana. En algunos tramos, a mi derecha, se ven retamas florecidas en amarillo. Llegando a Huévar se ve una especie de sol artificial que emite rayos. Un señor me dirá que son receptores/repetidores de telefonía móvil. También se ven torres de tendido eléctrico con nidos de cigüeña y cigüeñas volando, antes de Trigueros y de San Juan del Puerto, pero después veremos muchas más antes de llegar a Huelva capital. Trigueros será un lugar que conoceré algún año después pues, con un grupo de los Amigos del Camino de Santiago de Bilbao, sería el punto más sur que tocamos, en cinco etapas, hasta Zafra, aunque lo haríamos incompleto. Este sería el camino más próximo a la Vía de la Plata que he hecho, aunque mi credencial pueda aparentar otra cosa.

En Huelva con mi amigo Eduardo
Llegamos a Huelva puntuales y pregunto por la plaza de toros. Me dicen “todo seguido” pero tendré que volver a preguntar. Faltan 20’ para las 12:00h y espero en la puerta principal, después de dar una vuelta alrededor de la plaza, que no la vuelta al ruedo, por si hubiera otra puerta principal escondida. Observo la oferta del bar, que tiene cierto atractivo. Puntual, y en moto, llega Eduardo; está reconocible, aunque ha echado buena panza. No ha podido renovar el piso porque le faltan algunos papeles. Se va a dejar la moto y a decir a su madre que no le espere a comer puesto que lo hará conmigo. Tendré dificultades para poder conocer a Viki, su esposa, puesto que sale del trabajo a las 16:00h y mi autobús saldrá a las 16:30h. Una vez decidido que salgo hoy en marcha, ya me podré olvidar del Albergue Juvenil de Huelva en Marchena Colombo 14, pero estas señas me vendrán bien para el próximo año, 2008, Andalucía-Murcia, pues será el lugar donde dormiré y será mi punto de partida. Llevo también el domicilio de Eduardo y su e-mail, pero sólo su teléfono me ha hecho falta para localizarlo, y prescindiré de todo lo demás.
Eduardo me llevará a hacer un recorrido por la ciudad; pasaremos primero por la farmacia de Mercedes, ya que el Ayuntamiento le exige que presente un certificado de lo que gana Viki en las labores que realiza en casa de su madre; como dicha mujer está aquejada de Alzheimer, es su hija quien tiene poder para firmar lo concerniente a su madre; esto es uno más de los inconvenientes que debe pasar Viki por ser inmigrante peruana, pertenecer al servicio doméstico, aunque en su país es titulada en atención infantil y con años de experiencia con niños, por estar casada con Eduardo, que también es objeto de atención de los Servicios Sociales, con trabajos en precario; en este momento en paro y a la espera que surja alguno adecuado a él. Este es el último papel que les falta para que les renueven la vivienda en que están viviendo. Eduardo conoció a Viki a través de Internet, se casaron en la distancia, por poderes, y confirmaron su compromiso en ceremonia oficial de su iglesia. Ahora Viki está esperando su primer hijo, varón, y no se les ve menos felices que otras parejas casadas de forma más convencional. A lo largo del día, se llamarán cinco veces al móvil.
Luego vamos a comer a una tasca que conoce Eduardo y comemos cuatro raciones y media de adobo de pescado, chocos a la romana, gambas con gabardina y medallones de bacalao, con un par de cervezas fresquitas y ricas (23€, lo mismo que en Santa Justa, pero para dos personas). Después vamos a tomar café; yo tomaré un manchado descafeinado (1,90€), que está muy rico, también,

y nos vamos a sacar billete a la estación de autobuses, dejando un margen de dos horas, para dar oportunidad a que pueda conocer a Viki. Observamos el andén donde se colocará el bus, pero tardará en aparecer, ya que hay cada media hora; finalmente vemos que se posicionará en el andén 20. Faltando tres minutos para la salida del autobús, por fin, llega Viki; es muy morena, lleva gafas y está muy avanzada en su estado de gestación.



Nos sacamos unas fotos para el recuerdo. Me parece bastante infantil, pero suficiente mujer como para manejar a Eduardo, con sus déficits y potencialidades; pareciera haber un contrasentido entre las aspiraciones de Eduardo y su capacidad para generar dinero; en este caso me resulta muy difícil ser objetivo. Lo más positivo es que Eduardo siempre ha demostrado ser un hombre laborioso y ha trabajado en ámbitos variados: la construcción, el campo, etc. El contrasentido mayor le viene derivado del sistema de bienestar social vigente puesto que, por un lado, espera poder trabajar para ganar más y poder viajar de nuevo a Donostia, por ejemplo, pero, por otro, no le interesa ganar demasiado, para no perder el derecho al disfrute del piso que le proporciona Bienestar Social. Me despido de ellos y deseo a Viki suerte en el parto.
Puntual, a las 16:30h, sale el autobús hacia La Antilla, donde llegaré para las 17:20h. Tres chicas continuarán a Isla Cristina.

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