viernes, 13 de enero de 2012

Etapa 56 (116). Caminha-A Guarda

Etapa 56 (116). 24 de julio de 2007, martes (3ª feira). Caminha-A Guarda.

Última vez que guardo el saco y la esterilla
Me levanto para las seis. Por el fondo, he oído el sonido de la máquina que criba la arena de la playa, entre la zona en que estoy y la zona más fluvial y, aunque estoy protegido en la duna, prefiero marcharme temprano, con idea de coger el primer transbordador. Para las 6:10h ya estoy en marcha y, el limpiador, me saludará al partir. Un hombre, con un perro, está en la pasarela pero, como no quiero bordear el camping, sigo por la playa haciendo el recorrido de ayer por la mañana.



Último carimbo en Portugal
Siendo tan temprano, dudo si ir a donde los GNR a pedir el carimbo del último día, pero un viandante me anima diciendo: “tiene que haber alguien de guardia”. Al llamar, sale un guarda somnoliento, pero no me recibe con mala cara, me pone el carimbo, la fecha y me invita a café.

Pone en el carimbo: Guarda Nacional Republicana, su escudo con muchas ramas con hojas (¿de laurel?) entre S. y R. Brigada Fiscal. Grupo Fiscal do Porto. Dest. Operacional de Caminha. Les traigo saludos de los GNR de Vila Nova de Milfontes. Si hubiera tenido algo para empapar, alguna galleta, habría aceptado su café, pero como no es así, agradezco y me voy hacia el ferry para saber la hora del primero: “A las 8:00h”, me dicen.

Me decido a sacar fotos de la igreja, que está siendo rehabilitada, y me cuesta encontrar un ángulo por encima de la valla, para que salga algo decente.









Luego la rodeo por la calle, con estandartes medievales, que desemboca en el largo de la Torre del Reloj.












Saco foto de una puerta lateral, ya recuperada y sin andamios, de la iglesia; y voy a desayunar a la padaria pastelaria Virgen de Fátima; tomo mi descafeinado con leite y un milhojas muy liviano, que se deshoja, con cositas ricas y algo más compactas por cima. Pago (1,50€) y escribo.







Pasando de Portugal a España
Sin forzar la marcha, me dirijo al transbordador.



Previamente saco el billete (0,60€) y espero en la pasarela a que desembarque un camión cisterna; lo hará con parsimonia. Montan dos coches y yo soy el único pasajero que viaja de pie. Saco foto al paso de islotes del Minho. Ya estoy en aguas internacionales y llegando a Galicia, cambio de país:





G A L I  C I A








Buscando el Concello de A Guarda
Desembarco y camposancos va quedando a la izquierda, aunque la carretera, en su desvío, lo indique más arriba. Llego a la estación de autobuses, pero se ve que no funciona. Me vienen bien sus retretes, donde meo, cago y lloro. Llegando al Centro de Saude, veo a dos mujeres que vienen hacia mí y me dispongo a preguntar, pero se cruzan con otra que va hacia donde ellas vienen, y se paran a hablar.

Aprovecho que baja otro chico, le pregunto y me acompaña hasta el Concello, que está en una plaza muy bonita (¡lástima  que tanto coche aparcado estropee la foto!), la plaza del Reloj. La encargada de recepción me remite al primer piso, donde me sellan (ya no carimban) la credencial: Concello A Guarda. Pontevedra y un escudo coronado ¿con barco y castillo? Un chico me informa de autocar a Oia, se trata de José Carlos y nos enrollamos con mi viaje, el tema de la emigración (emigró a Suiza en los años sesenta), le hablo de Carlos Iglesias (que le hace mucha gracia cuando le ve en la tele), y nos podríamos haber pasado horas si José Carlos no hubiese tenido cositas que hacer. Siente gran aprecio por los vascos, porque somos objeto de ataque de todo el pueblo español. “Un pueblo vilipendiado”, dice. Me indica dónde está la parada de bus y la biblioteca.

De compras y a la Biblioteca para ver mi correo electrónico
Saco foto de la plaza del Relój, que sigue atestada de coches, que no dejan verla bien. ¡Los coches son la peste en las ciudades! Voy a una juguetería y compro un regalo de cinco cochecitos de plástico (11,95€) que pago con Visa, para regalar en Oia. En la biblioteca, la responsable me dice cómo me tengo que inscribir y puedo usar el e-mail. Leo y borro el mensaje de virus que me ha enviado Sara, tras decírselo a la bibliotecaria, quien no le da importancia. Aprovecho para decir a mis hijas que ya estoy en Galicia. Otro a Helena de Tróia, diciéndole que terminé el camino sano y salvo. Borro casi todo y la encuesta de RBA ya la responderé en Irun. Philippe me dice la fecha en que viene con Aurel a mi casa. Nos conocimos en Cantabria-Asturias cuando hacían el Camino de Santiago por la costa y luego vi a Philippe el último día en Muxía, cuando al día siguiente volvía a Santiago para coger avión a Lyon. En diciembre le visité tres-cuatro días en su casa de Lyon, con motivo de celebrarse una reunión sobre la Carta Europea de los Derechos del Hombre en la Ciudad, de la que Irun es firmante, junto a las otras vascas, Donostia, Gernika y Vitoria-Gasteiz y otras muchas de la península y más europeas. Duraba tres días y me invitó dos más para ver el espectáculo de “La Lumière”. Ahora, en agosto, vienen: Philippe con intención de hacer un tramo del camino de Santiago, hasta Burgos, por la noche, El Camino de las estrellas, y Aurel le acompaña con su coche, para servir a la logística (suministro de agua y otros materiales) ya que es un camino que requiere mucha parafernalia. Fue la última ocasión en que vi a Philippe. Aurel, volvió al año siguiente para hacer el camino a pie nude (descalzo). ¡Qué caminos tan distintos al mío! Aurel ha seguido viniendo los años posteriores y se ha quedado alguna noche a dormir en mi casa, aprovechando que hacía algún cursillo con escuelas de surf del sur francés. El último año, 2011,  falló. Tras escribir un rato en mesa redonda baja, para niños, voy hacia el autobús con celeridad, ya que he apurado demasiado el tiempo. Uno de los que esperan, me dice: “si le dices al chofer te parará en El Duke Blanco” y, cuando llega el autobús y me subo a él:

FIN DE MI VIAJE POR LA COSTA

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