viernes, 13 de enero de 2012

Regreso a casa 2. 56 (116) Ferrol-Ferrol

Regreso a casa 2. 56 (116)
25 de julio de 2007, miércoles. Ferrol-San Xurxo (en bus)-San Xurxo-Covas-Ponzos-Covas (a pie) -Covas-Ferrol (en bus).

Me despierto a las 7:30h y alargo hasta las 8:20h. ¡Qué bien se está en la camita! Me ducho y lavo calzoncillo y camiseta y lo secaré por el camino. Son las 9:30h y bajo a desayunar. Como un caracol (no especialmente sabroso) y el consabido descafeinado con leche (2,50€). El hombre de la barra me hace un pequeño esquema para poder llegar a las playas que busco, que es el objeto de estar en Ferrol y que viene derivado de que cuando me encontré con Bosco, en la playa de Valdoviño, el pasado año y me orientó hacia el Camino Inglés me las perdí y, después, en playa Insua, la chica que me recomendó para dormir los Castros de Baroña, para comer la empanada de milho de berberechos en Noya y subir a las cubiertas de la Catedral de Santiago, también me dijo que me había perdido las playas más bonitas de Galicia. Ahora, ya en tiempo extra, aprovecho para recuperarlas.

Zozobra para lograr el medio de transporte público idóneo
Hecha ya la explicación, el del bar me dice cómo llegar a la estación de autobuses, que está próxima a la estación de Renfe y Feve. Cuando llego, me dicen que los autobuses para Doniños, salen de Correos y, en Correos, que vienen del puerto y que paran en la misma calle del Zahara-2. ¡Tanta vuelta para parar casi en el mismo sitio del inicio! He pagado en el bar con monedas y ahora voy a tener problemas, como ayer Rubén, para pagar el bus con 50€. La historia se repite. ¿”Por qué será que una experiencia, en la que he participado activamente, me sirve para otra similar y tan próxima en el tiempo?”, pienso.





Me acerco al Zahara y explico al del bar, pero tampoco me puede cambiar el billete y tampoco los clientes que están en el bar. Se me enciende la bombilla y voy a comprar comida preparada que, aunque cara (5,40€ por una porción de ensaladilla rusa) ha sido un acierto y pan (0,35€), me resuelve el problema de los cambios. Los cambios me han resuelto el problema de la comida; así me puedo quedar a comer en la playa. Ahora, con cambios y comida, voy a un nuevo lugar que otro conductor de otra compañía me ha indicado y así me entero que el primero que va a Covas es a las 10:30h y está para salir pero, como quiero ir primero a Doniños, será una hora más tarde. Si lo hubiera analizado mejor, el de Covas me habría venido mejor. Como se verá.

Penúltimo dibujo
Como tengo tiempo, bajo la calle, meo y me pongo a dibujar desde una estatua, que hace de rotonda, una pequeña Torre con reloj (será porque la Torre del Reloj de A Guarda ¿no tuve tiempo de dibujarla? Y habría sido buen colofón del viaje). Un dibujo necesariamente mínimo, pues el siguiente bus no lo puedo perder. Esta torre se me tambalea un poco; muy acorde con mi situación de caminante, ahora semi viajero que ya utiliza vehículos públicos. He sacado fotos de la iglesia-¿catedral?

En autobús hacia las playas nudistas
Cuando se va acercando la hora del paso del autobús, doy por finalizado el dibujo y me voy a la parada. Llega el bus (1,20€). Otro chico ha montado conmigo pero no deja de hablar por el móvil. Pregunto al chofer por Valdoviños y me da otro horario y me dice que es a las 12:30h y que se coge en Correos. Decido seguir a Doniños y cojo billete hasta la playa de San Xurxo (este verano de 2011 conoceré a Xurxo en Mallorca) y tras verla, pretendo volver en el mismo bus a Doniños, pero este plan se desmorona nada más nacer. Llego a San Xurxo, tras pasar el bus por encima de Doniños, que me limitaré a verla desde arriba. Aunque es playa muy abierta, no tiene mala pinta y parece que dispone de dos zonas. A esta hora, parece que hay poca gente. El bus ha tardado más de media hora en llegar a San Xurxo y para coger el de regreso y llegar al de Valdoviños, no me va a dar tiempo. Decido empezar a andar en San Xurxo hacia Ponzos, que es la más nudista oficial del lugar. Después de tanta zozobra, con tantas dudas, tomar esta decisión me da tranquilidad. El del móvil sigue hablando con los amigos y no me atenderá hasta el final.

Con Luis pasando por San Xurxo
Ya bajados del autobús él se queda por allí y yo me voy con Luis Santamarina, que acaba de llegar a la playa de San Xurxo con su mujer. A él le gusta caminar y a ella estar tumbada, así que, una vez instalados, me voy con él a pasear. Me orientará magníficamente. San Xurxo es una playa tranquila en más de media circunferencia, ya que las tres playitas que quedan al fondo (¿al norte?) tienen tres nombres diferentes. Tiene una zona de dunas que, muy probablemente, se use para practicar nudismo, pero la playa es muy urbana, con mucho paseante de orilla, y no demasiada gente. Me gusta. Luis, me dice, “antes iba a Doniños pero, desde que hicieron la carretera, va mucha más gente y San Xurxo está mejor y es más tranquila”. Se ha dado crema protectora para acompañarme por la orilla. Me recomienda la zona nudista de Ponzos a la que puedo llegar por carretera, desviándome por unos apartamentos horrorosos de más altura, que contrastan con las casas de dos alturas de la zona; que luego coja un camino que él conoció sin asfaltar. Le hablo de mi viaje y él de las intenciones que tiene de iniciar un camino a Santiago en Saint Jean-Pied-de Port. Le recomiendo que lo inicie en Sait Palais, como yo, pasando por la confluencia de caminos, la estela de Gibraltar. Me despido de Luis y le agradezco su información.  Al otro lado, dos socorristas juegan a pala: “¡cómo vigilais a los ahogados!”, les digo. No responden con humor. Al llegar al camping, saco foto general de San Xurxo.

Me desvío y cojo carretera estrecha entre villas y pregunto a un chico que me orienta bien, pero me precipito y salgo a un camino que desaparece y me lleva a caballerizas. Él me había dicho que cambiara en la rasante. Por ese error salgo a Santa Comba.


Un hombre se está poniendo el calzoncillo tras la puerta de su coche y me dice: “cualquiera de las dos playas es buena”. Me dice que tengo que volver a subir. Ya que estoy allí, voy a la orilla con intención de darme un baño, pues hay poca gente, pero decido llegar al final de la playa y allí saco una foto del conjunto. Santa Comba es una de las playas con arena más fina que he conocido. Me ha gustado mucho.



Buscada playa nudista de Ponzos
A continuación hay otra pequeña playa que, con la subida de la marea se está quedando en la mínima expresión (sin arena). Y ya me meto en la zona de aparcamiento de coches para Ponzos ¡Está hasta los topes! Veo FSS y no se me ocurre nada.


La primera visión de Ponzos, me agrada. Es una playa en que, la primera parte es para textiles y la segunda para nudistas, pero por la orilla hay trasiego y rebasamiento. No parece preocupar la mixtura a la gente. Empiezo a ver los primeros desnudos, una mujer gruesa desnuda pasea por la orilla.

A media playa, me desnudo y doy el primer baño del día; no lo hacía desde ayer en Moledo. Me voy secando hasta el final de la playa. No hay mucha gente y la mayoría estamos desnudos.

Paseando con Andrés
Tras darme un segundo baño y pasear por la orilla, me cruzo varias veces con Andrés y, a la tercera, lo abordo y le pregunto si prefiere pasear solo o acompañado. Me dice que siempre pasea solo porque a su mujer, de Bilbao, no le gusta pasear. Ahora la está esperando, pero podemos caminar hablando  hasta que ella llegue. Con todas estas explicaciones ya estamos caminando juntos y seguimos hasta la señal de playa nudista, que será el referente para darnos la vuelta en nuestro caminar. Daremos varias vueltas. Su queja primera es que él respeta el espacio textil, pero los textiles no. Yo le digo que cada uno tiene su momento, que yo no fui nudista hasta los 35 años, que muchos sienten envidia pero no se atreven, el peso de la cultura les reprime y, nosotros, con nuestro ejemplo de naturalidad, somos incitadores. Le digo lo que pasa en la Zurriola, urbana y somos cuatro gatos los que nos desnudamos; le cuento la historia con Miguel y la intervención de la policía, como en Oslo, en país tan “liberal” y mi intención de ir a Valdoviños, por si tenía ocasión de ver a Bosco. Me dice que Valdoviños está más al norte y que hay caminos para llegar, pero que está muy lejos. Estoy muy bien en Ponzos, así que me quedaré aquí. Andrés cojea algo, pues se le van cargando las rodillas. Tiene que andar, pero no le conviene forzar porque le fallan; el trabajo tan sedentario que tiene le obliga a hacerlo, su gusto y su tendencia a engordar mandan. Llega su mujer, la bilbaina, no me la presenta, nos despedimos y ellos se van a su zona, no demasiado alejada de la zona de desprendimientos de piedras.

Mi último dibujo de este viaje
Yo me voy a la mía, más central, más a la orilla, tras acompañarles. Hablo con otros y dibujo. Será el último dibujo del año; hasta enero de 2008 no volveré a coger el Moleskine en Matalascañas, mi primer viaje con el Imserso. Un chico se interesa por mis dibujos, los ve, le gustan y nos damos un baño juntos y nos despedimos; él también suele ir a Insua. Vuelvo a mi sitio, termino el dibujo, me doy el último baño, me visto y me voy hacia la rampa de salida.

Doro y Nano
Allí están Doro, con la funda de un alfanje y Nano con el alfanje de plástico. Hablo con Doro y le digo que han hecho muy bien en repartirse la espada y la funda; así pueden jugar los dos con un sólo juguete. Doro repite al amigo lo que le he dicho. No se cree que vengo andando desde Andalucía y yo me planteo cómo se lo hago creer. Le enseño mi diario, le enseño mis dibujos; ninguno son una prueba fehaciente de mi viaje y, cuando estoy en ello, aparece una niña y un padre protector que, me supongo, viene mosqueado porque estoy hablando con los niños. Les estaba diciendo que cuando ha atacado Nano, Doro tenía que haberse hecho el muerto. Me despido de los cuatro y sigo mi camino. Esta llegada del padre protector, también se producirá, aunque con niñas algo mayores, llegando a Tarifa en 2008, como se verá  (con foto) y os contaré.

Una pequeña cura
Al agarrarme a la barandilla para salir de la playa, me clavo una astilla y recurro a Miguel, el socorrista, quien, con unas pinzas y agua oxigenada, me la saca y limpia; tengo la sensación de que algo ha quedado dentro. Miguel me dice cómo llegar a Covas y, al retroceder, veré desde arriba las caballerizas y me servirá para hacer una reflexión sobre mi visita a las playas próximas a Ferrol, que eran el objetivo de esta parada en mi regreso a casa.

Foto de la ensenada de Covas.
Las playas de Ferrol
Doniños la he visto de lejos, desde el autobús, y poco puedo decir de ella. San Xurxo me ha gustado y también el paseo que he dado con Luis Santamarina y toda la información que me ha dado. Las tres playas siguientes, ya de Covas, las he visto de lejos; en realidad son continuación de San Xurxo, aunque las separan rocas, son pequeñitas, pero, por detrás, creo que corresponden al camping; o quizás el camping coja la parte final de San Xurxo, no lo puedo asegurar. Me ha gustado la finura de la arena de Santa Comba, que me ha hecho recordar a la duna móvil de Amorosa; pero, donde más he disfrutado ha sido en Ponzos, por el tipo de nudismo que allí se hace y porque se ha cumplido el objetivo que yo me había marcado al venir aquí.

Un hórreo muy antiguo
Cuando voy por la carretera estrecha, entre casas, veo un hórreo retejado, pero aunque me parece falso, decido sacarle foto. Unos perros lobo, alguno suelto, no me dejarán fotografiarlo a gusto. Interviene una mujer, que los hace callar, y me explica el lugar idóneo para la foto, pero como ya me parece que la primera puede tener calidad suficiente, no vuelvo a sacar otra. La señora también me dirá que hay otro hórreo cercano, pero no conseguiré verlo; que éste, restaurado, es de los más antiguos de Galicia; yo le creo, pero el retejado no le favorece; quizás habría que haberle hecho un retejado nuevo con tejas viejas en buen estado de conservación. Para culminar la faena, la señora me dirá dónde está la parada del autobús.

Como es lógico, en Galicia, no pedir ribeiro, sino cerveza belga
Como llego con tiempo de sobra a la parada, entro en el bar Viana Mar (seguimos en Covas) y tomo una cerveza negra belga Grimbergen; más por la oportunidad que se me ofrece de probarla, que por lo que a mí me guste la cerveza y, además, es cara (1,90€) y tiene un sabor extraño. Pregunto con qué tipo de cereal está hecha, pero la chica no me lo sabe decir pero, al menos, me confirma el lugar de la parada y la hora en que pasa el bus por allí.

Autobús a Ferrol (regreso tras pasar el día en Ponzos)
Poco después de llegar a la parada pasará el bus en dirección ascendente, tardará un tiempo en aparecer de nuevo, cinco minutos después de las 19:00h. Veo FTB y se me ocurre Fútbol ( pero le sobraría la "l" final). El bus viene casi lleno y sólo tengo dos asientos libres para elegir. Opto por ir junto a José y le cuento mi visita a las playas, el motivo por el que en 2006 no las vi y el viaje de este año, muy resumido. José va a A Coruña y se baja antes, así que tendré dudas de donde bajar. Oigo al chofer decir Zahara, pero me doy cuenta de que se refiere a Zahara-2. Sigo adelante, hasta que veo la torre del reloj que he dibujado esta mañana y allí me bajo. Retrocedo al Zahara para que me orienten en la localización de la habitación para esta noche. No está la misma recepcionista de ayer y la de hoy me remite al chico de la barra, que tampoco es el que esta mañana me ha hecho el croquis de la situación de las playas. El barman me propone La Madalena o El Edén y elijo el paraíso, para el primer intento. Mientras me ha saludado el chico de la cocina.

Buscando El Edén
Al llegar me atienden la chica de la barra y la dueña. Pido la habitación más barata que tengan y me piden por ella 20€ y ni regateo. Cuando he dicho que sí, la mujer va a consultar al dueño ¿marido? Él me mira y da su aprobación. Veo que ha habido una indecisión quizás producida por mi aspecto y mis dos mochilas; si en Matosiños me confundieron con un inmigrante o un indigente ¿por qué aquí va a ser distinto? Visto lo cual, daré muestras para que confíen y les hablo de mi viaje y de mi dormida en Zahara del día anterior. La habitación es magnífica y la ducha mejor: el agua pega con fuerza en las cervicales. Escribo y bajo a cenar a las 20:10h

Una cena gallega. La última
Como unos mejillones al vapor riquísimos y bacalao fresco rebozado y frito. Los dos primeros trozos los como tal cual están y tengo problemas para comerlo a gusto por las espinas; así que me tomo la molestia de quitar las espinas a los otros dos trozos y ya, libre de ellas, disfruto más comiendo los dos lomos sin cuidado. Así los disfruto más. De postre, tarta de requesón. Mientras en la tele está el programa de Sobera, con preguntas al concursante, pero también ganan o pierden otras personas que están con él en el panel. Me resulta atractivo, pero no me apetece que me enganche. En el programa que acaba de finalizar, Las tardes de... una mujer ha quedado por ladrona; pero ha llegado la hora de finalizar el programa y no ha tenido ocasión de desmentirlo. Lo comento con otro comensal de la mesa de al lado y está de acuerdo con mi opinión, pero no es galego, como creía, sino ucraniano. Le hablo de lo que yo vi en Kiev, de mi baño en el Dnieper y él me dice algo sobre Rusia, que no logro entender. Le han sacado el lacón asado con patatas, pero le llaman al móvil y sale a la calle para hablar. Fuma como un carretero, dos paquetes al día, y, de vez en cuando, entra para dar algún bocado. Se le va a enfriar. Cena a ráfagas. Me ofrece tabaco. Tiene una hija, pero no sabe dónde; eso le crea ansiedad, que mitiga con humo. Le dejo terminando de cenar y me dirijo hacia el teatro Jofré, ya que ofrecen algún espectáculo gratuito.

Teatro Jofré con Soschtakovich
Hago una parada para hablar por teléfono con mi yerno, Josu (0,70€), y le cuento mi día en playas de Ferrol. Lander sigue con la diarrea, que no remite, y Julen actúa el viernes en el Seminario con la musika-eskola a las seis. Trateré de llegar. En el Teatro Jofré hay Cameralia 07, un Festival Internacional de Música de Cámara de Galicia, a celebrarse del 25 al 28 de Xulio. Hoy es el primer día, es gratuito y, por los nombres  de los intérpretes, veo que son catalanes (ellos dirán que de Barcelona). Primero tocan Haydn y después viene en el programa Debussy, pero dan explicaciones sobre las razones que les han llevado a sustituir la segunda por Soschtakovich, su concierto 110. La primera de Haydn ha sido muy buena, con sonidos muy nítidos, la cuerda suena con limpieza, se ve que es un grupo que está muy compenetrado. Pero Soschtakovich me emociona. Primero dan explicación de autor y contexto en que la obra se produce: un alegato contra las guerras y a favor de la libertad de expresión, que había quedado tan deteriorada por la política de Stalin (que estaba resultando un segundo Hitler). Pareciera como si ya Soschtakovich fuera consciente de la proximidad de su muerte y sería su testamento, su punto final; pero luego llegarían años de mucha y creativa producción compositiva (esto último me lo dirá el tercer componente, el de la coleta, al finalizar la actuación). La foto la he sacado finalizando el tercer tiempo de Haydn. Las que he sacado del teatro, antes de empezar, me han salido muy oscuras. Resulta un espacio muy grato, pero no lo puedo presentar. Al salir, agradezco a la responsable del teatro y luego a los componentes 3º y 4º y al organizador. También a la azafata. En el primer concierto la vecina de detrás da cabezadas pero, al menos, no ronca. Los espectadores están bien duchos en conciertos y aplauden cuando deben aplaudir. Un señor aplaudirá de pie al final de todo el concierto. Para mí, ha sido un magnífico concierto y un regalo y, la segunda parte, ha sido el mejor regalo colofón para este verano magnífico. Posiblemente sea un concierto, el de Soschtakovich, que se programe en muy pocas ocasiones. A ver si lo pregunto cuando llegue a mi tierra. En la sala de camerinos hay tres o cuatro sombreros negros en una percha, la tele en marcha pero con música poco potente. Me han agradecido la asistencia y prometen que el de mañana será un concierto escepcional; pero yo no podré asistir y, además, no creo que sea mejor que el de hoy.  A la salida, veo como por detrás del edificio salen los responsables del teatro y de la organización. El concierto ha durado menos de una hora.

Una noche en El Edén
Regreso hacia el Zahara y pido, al que me dio de cenar ayer, una copa de aguardiente blanco (1€). Espero que no me dé dolor de cabeza. Al llegar al Edén, sobre las 23:00h, saludo a la chica de la barra y subo a la habitación; me quedo escribiendo hasta las 00:20h. Había mucho que narrar. Dejo la colcha, pero la vez que me levanto para orinar y beber agua, la quito pues pesa mucho y da demasiado calor. Duermo muy bien y he dejado dicho que me despierten a las 7:00h. Confirmado.



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